Al momento de escribir estas líneas llegamos a 412 días desde el comienzo de la guerra. En los túneles del Hamás en Gaza aún se encuentran 101 rehenes, de los cuales casi la mitad con certeza ya no están en vida. Se habla de la posibilidad de algún tipo de acuerdo que lleve a un alto al fuego en el norte, lo cual no asegura que los habitantes de esa zona se sientan lo suficientemente seguros como para volver a sus casas y empezar la reconstrucción de sus vidas. En el sur, ni siquiera se habla en estos momentos de un cese al fuego o de algún tipo de acuerdo que lleve al retorno de los rehenes. Los reservistas y sus familias son los que llevan el mayor peso en sus hombros. Las familias de los heridos y, más aún, de los soldados caídos -- ya vamos por 804 -- son las que pagan el precio más alto.
Dentro de esta perspectiva bastante compleja en el frente, la vida civil dentro de Israel enfrenta desafíos no menos complejos, tanto a nivel político como económico, y sobre todo en lo referente a la vida familiar y personal. En mi función de presidente de la Universidad Abierta de Israel (OUI), he debido enfrentar--junto con todos los líderes de las instituciones de educación superior--una serie de decisiones referentes a la manera de poder llevar a cabo el año académcio, mientras tratamos de resolver dilemas al corto y al largo plazo. El colegio universitario Tel Hai, por ejemplo, situado muy al norte del país, cerca de la ciudad fronteriza de Kiryiat Shmoná, entra a su segundo año seguido de operación online en condiciones de total evacuación. La Universidad de Haifa y el Technion (que opera también en Haifa) están trabajando en condiciones muy complejas, dados los continuos bombardeos a los que está sometida la ciudad. Nosotros en la OUI tenemos mucha flexibilidad y pudimos abrir el año académico a principios de octubre. Al pasar de las semanas hemos podido manejar la situación de manera razonable, siempre en continuo diálogo con los estudiantes, con el fin de posibilitarles los estudios en condiciones tan adversas.
En ocasión del comienzo del nuevo año académico, el periódico Makor Rishón pidió entrevistarme al respecto. Makor Rishón es el órgano periódistico de la derecha conservadora, mayormente religiosa. Es un diario muy claro en sus posiciones políticas y culturales, acorde con su público de lectores, que incluye los asentamientos en los territorios. A la vez, generalmente se considera un medio muy profesional en su trabajo. Me alegró mucho que me hayan contactado, y así poder haber presentado mis puntos de vista y hablar sobre la OUI, en esa plataforma dirigida a un público al cual no puedo generalmente tener acceso directo.
Pensé que a los lectores de este blog podría intersarles leer el contenido de esa entrevista, así que les incluyo a continuación una traducción al castellano del texto. Para quien pueda o prefiera leer en hebreo, incluyo también el texto original en este link.
Pensando Abiertamente ante los Desafíos
Este no ha sido un año fácil para Leo Corry, Presidente de la Universidad Abierta de Israel. Una cuarta parte de sus estudiantes han sido movilizados al servicio militar como reservistas, los investigadores universitarios son boicoteados por colegas en el extranjero, y los centros de exámenes han cerrado por falta de refugios antiaéreos. Y por encima de todo está su dolor personal ante la masacre en el Kibbutz Nirim, su primer hogar en Israel. Al comenzar el segundo año académico a la sombra de la guerra, el presidente Corry habla de los desafíos que plantea la inteligencia artificial para la vida académica y de su convicción de que todas las universidades pronto copiarán el modelo de Universidad Abierta.
Por: Avigayil Zayit Fotografías: Avishag Shear Yishuv (traducido del hebreo y publicado con permiso de Makor Rishón - מקור ראשון)
El primer encuentro de Leo Corry con la Universidad Abierta de Israel (OUI) fue en 1977, gracias a los sobres marrones que llegaron a todas partes de Israel, incluido el Kibbutz Nirim. Corry era entonces un joven de 21 años que acababa de llegar a Israel como parte de un grupo de nuevos inmigrantes organizado por el movimiento juvenil Hashomer Hatzair. "La Universidad Abierta había sido fundada sólo tres años antes, en 1974, y los libros de texto que se usaban para los cursos circulaban entre los miembros del kibutz. Recuerdo la profunda impresión que me causó su calidad. Pero no menos me impresionó la logística involucrada en el funcionamiento de la OUI. Éramos un kibutz pequeño y remoto en el Negev, y las asignaciones mensuales de la universidad llegaban en sobres por correo regular, los miembros del kibutz preparaban sus respuestas, las enviaban de vuelta a la OUI y una semana después recibían las respuestas con correcciones y comentarios. Ya en aquel entonces comprendí plenamente el importante papel social que desempeñaba esta institución: hacer que la educación superior fuera accesible a todos los niveles y a todos los sectores de la sociedad israelí. Así se definió su función desde un principio, y a pesar de que la vida ha cambiado mucho desde entonces, esa sigue siendo su misión hoy."
Cuatro décadas y media después, con una larga y exitosa carrera académica en su haber, Corry fue invitado a ocupar el cargo de presidente de la Universidad Abierta y descubrió que la tarea de hacer que la educación fuera accesible iba a ser más difícil que nunca. Asumió el cargo el 10 de octubre de 2023, sólo tres días después del estallido de la guerra. "En el momento del ataque yo estaba con mi esposa en París, donde me habían invitado a dar una conferencia. Por la mañana empezaron a llegar informes y escuché lo que estaba sucediendo en Nirim, donde viven tantos amigos y familiares. Le escribí a mi hijo que algo terrible estaba sucediendo, que los terroristas habían entrado en Nirim. Me respondió que la situación era mucho peor de lo que yo podía imaginar, que la incursión no se limitaba a Nirim, sino a todos los asentamientos en torno a la frontera de Gaza. Me envió el famoso vídeo que mostraba a un reportero de Hamás transmitiendo desde el jardín central de Nir Oz. También empezamos a recibir los nombres de las víctimas asesinadas y de las personas desaparecidas, familiares y amigos. Parecía una situación terrible, aunque las dimensiones reales de la tragedia aún no se habían revelado."
Señala dos fotografías colgadas en su oficina: fotografías de Nadav Popplewell y Yagev Buchshtav, quienes fueron secuestrados y asesinados en cautiverio. "Ambos son hijos de quienes fueron mis vecinos, que crecieron puerta con puerta en mi casa en Nirim. Aunque dejamos el kibutz hace años, mantenemos fuertes contactos con muchas familias. Las comunidades en la región de la frontera con Gaza son muy fuertes, todos conocen a todos. Como profesor de secundaria en la escuela regional, enseñé a muchos de los que fueron asesinados o tomados como rehenes. También estuve involucrado en la vida económica de la región y trabajé con los miembros de otros kibutzim, particularmente Nir Oz, uno de los más profundamente afectados por la masacre".
A pesar del caos y la tragedia, Corry llegó, como estaba previsto, a su primer día en el nuevo trabajo en la OUI. "Había mucha tensión en la universidad debido a la situación. Había que tomar decisiones complejas y en ese momento todavía no estaba completamente familiarizado con el funcionamiento de la universidad. Por ejemplo, propuse cambiar las fechas de algunos exámenes, por la situación, y me dijeron: ‘No tienes idea de lo que estás hablando. Un día de examen en la OUI es como una operación militar que comienza a las 6:00 a.m. y termina en medio de la mañana. El mismo cuestionario debe distribuirse simultáneamente a los centros de estudio de todo el país y enviarse de vuelta al campus de Raanana al final del día. Las localidades se alquilan con meses de antelación, teniendo en cuenta consideraciones logísticas y de seguridad… ’ Y esto es sólo un ejemplo de las peculiaridades de la OUI y de su funcionamiento, que tuve que conocer mucho más rápido de lo que pensaba."
La primera y más importante decisión que había que tomar, dice Corry, fue cuándo abrir el año académico. Aunque todos los presidentes de las universidades intentaron tomar decisiones importantes conjuntamente durante el año pasado, los estudios en la Universidad Abierta comenzaron tres semanas antes que todas las demás instituciones. "En retrospectiva, lamento que no hayamos empezado antes. La decisión de posponer el inicio del año académico se basó en el hecho de que muchos estudiantes fueron movilizados para tareas de reserva y no queríamos que el ritmo de sus estudios se afectaran por eso. Pero yo dije desde el principio que esto no iba a ser una nueva Guerra de los Seis Días y que pasarían meses antes de que hubiera liberaciones masivas de reservistas. Poco podía imaginar que en más de un año la situación se volvería mucho más complicada. Nuestros estudiantes llegan a casi 50.000, de los cuales 10.305 son reservistas. Estamos plenamente comprometidos con los soldados, pero a la vez es cierto que en una situación tan sensible e inestable, las personas que no están en el frente necesitan anclas en sus vidas, y los estudios ayudan a crear orden en medio del caos. Pensé que abrir el año académico era un deber moral, incluso para con muchas familias de reservistas. Tan pronto como comenzamos el semestre, hemos encontrado maneras de. apoyar a los reservistas con ajustes académicos, ayudas económicas, opción de cancelar cursos sin incurrir en tasas adicionales, etc."
Corry conoce por experiencia personal el impacto negativo que tiene un largo servicio de reserva en el curso de los estudios y el gran esfuerzo necesario para superarlo. En la primera guerra del Líbano de 1982, cuando estaba a punto de completar su maestría en matemáticas, fue movilizado durante dos largos períodos de 45 días, lo que alteró profundamente la rutina. La Universidad Abierta está plenamente comprometida con el apoyo a los soldados de la reserva, quienes ahora cumplen períodos que en ocasiones llegan a más de 200 días, y el gran desafío es cómo brindarles el apoyo necesario con el mínimo impacto negativo en el nivel de estudio y exigencias académicas. Como se basa en estudios independientes y recursos en línea que permiten mantener la continuidad de los estudios incluso cuando se interrumpe la vida normal, la Universidad Abierta está inherentemente estructurada para enfrentar este desafío de manera razonable. Además, cada semestre se ofrecen cursos básicos en todas las carreras y los programas de grado están estructurados de una manera muy flexible. Así, si un estudiante no puede incorporarse a un determinado curso por motivos de reserva o por dificultades para readaptarse a la vida civil normal, podrá realizarlo más tarde y no tendrá que perder un año académico completo.
"Sin embargo—subraya Corry—el servicio militar pasa factura. No existen soluciones administrativas que puedan contrarrestar el paso del tiempo, y por eso hemos tenido que ser flexibles en muchos sentidos". Corry y el equipo de la OUI escuchan con atención las quejas y los problemas de los reservistas, pero según él los políticos están tratando de aprovechar la situación para atacar a la academia, y esto le resulta más difícil de aceptar. "Me invitaron junto con otros dos presidentes de universidades a un debate en el Comité de Educación de la Knesset, y nos atacaron con virulencia como si fuéramos los enemigos del pueblo. Dijeron que no tenemos ninguna consideración hacia los estudiantes, que hemos perdido contacto con la realidad y que vivimos en una torre de marfil. Pero resulta que los otros dos presidentes son ex pilotos de combate y yo fui combatiente en la brigada Nahal. Los soldados también son nuestros hijos, amigos nuestros hijos, o hijos de nuestros amigos. Nosotros somos el pueblo mucho más que los políticos que nos atacaron sin ninguna vergüenza. No entendí de qué estaban hablando en ese comité. Promover intereses políticos a expensas de los estudiantes es totalmente malicioso e inaceptable.
"A final del día, los estudiantes deben aprobar sus exámenes y cumplir los requisitos. No tiene sentido regalarles créditos por estudios que no han realizado". Ilustración: Reservistas en el Líbano.
"Si no somos capaces de resolver cada problema de cada estudiante o cada caso que se nos presenta, no es porque estemos desconectados, sino porque la situación es difícil y compleja. Por ejemplo, hubo quejas sobre el cierre de los centros de examen en el sur y en el norte. Pero en realidad, esto se debió a instrucciones del Comando del Frente Interior, porque las aulas no cumplían con los estándares de protección contra ataques con misiles. Encontrar otras aulas en la región fue y es complejo, porque se trata de contratos a largo plazo y es difícil modificarlos de un día para el otro. "Entiendo que encontrar los arreglos alternativos para los exámenes no es problema de los estudiantes sino nuestro. Ellos han estudiado y quieren realizar sus exámenes en un lugar conveniente. En la mayoría de los casos logramos encontrar soluciones, pero a veces también no lo hemos logrado o hemos cometido errores".
Ahora comienza otro año académico a la sombra de las batallas, y el estruendo de la guerra sigue teniendo un profundo efecto en la agenda de Corry y de su equipo. El centro de gravedad se ha desplazado de Gaza al Líbano y, una vez más, uno de cada cuatro estudiantes de la Universidad Abierta participa en la defensa del país. Aunque Corry está convencido de que él y sus colegas son más sabios hoy que antes, está muy preocupado por lo que ve a su alrededor. "Los reservistas y sus familias están agotados. El ambiente es más pesado y la situación financiera de los estudiantes está empeorando. La situación es peor que hace un año. Pero incluso con todas las complejidades involucradas, hemos logrado mantener una continuidad. Creo de todo corazón que la continuación de la vida y el desarrollo de nuestros estudiantes dentro de la compleja situación en la que nos encontramos es esencial para pensar en la reconstrucción del futuro de la sociedad israelí".
"Los estudios son un ancla". Ilustración: Estudiantes movilizados.
Un estudiante curioso
Corry, de 68 años, llegó a Israel en 1977 procedente de Venezuela, donde creció en la comunidad judía y recibió su educación en la escuela judía local. Se unió a un grupo de aliá cuando ya era un graduado universitario con una licenciatura en matemáticas. "Crecí en una familia sionista, que sabía que tenían la intención de emigrar a Israel. Y de hecho, mi madre y mi hermana también vinieron a Israel después de mí; mi padre falleció en Venezuela antes de poder realizar su sueño, mientras que mi hermano siguió su vida en Venezuela."
Su grupo se instaló en el Negev, en el Kibbutz Nirim. Desde ahí, Corry también realizó su servicio militar como paracaidista en la brigada del Nahal. Durante seis años trabajó como agricultor en los campos de Nirim. Estaba a cargo del sistema de riego de una de las granjas más grandes de Israel en ese momento; 2.300 hectáreas de cultivos. "Era un trabajo físico duro que realmente disfrutaba. Cultivábamos principalmente algodón, pero también había otros cultivos como papas, maní y zanahorias. Me levantaba temprano por la mañana y conducía un jeep por los campos junto a los animales silvestres, las bandas de pájaros emigrando en el cielo, y escuchando música clásica."
En Nirim conoció a su esposa, Efrat. "Formamos nuestra familia en el kibutz y vivimos allí hasta el año 2000". Hoy van todos los sábados a la Plaza de los Rehenes para visitar el rincón del Kibbutz Nirim. "Hoy en día, los miembros del kibutz viven temporalmente en Beersheva, por lo que la gente que viene a la plaza son en su mayoría los que se han ido, y nos reunimos y hablamos. Es difícil explicar las relaciones que aún predominan entre las personas que formaban parte de la vida comunitaria del kibutz. Es muy especial, ciertamente en circunstancias tan extremas".
Además de trabajar en agricultura, Corry enseñó en la escuela regional, mientras completaba una maestría en matemáticas puras en la Universidad de Tel Aviv, y además desempeñaba cargos directivos en el kibutz. Justo cuando empezaba a pensar en un doctorado, se creó en la universidad el Instituto de Historia y Filosofía de las Ciencias y las Ideas, y Corry se incorporó inmediatamente como uno de los primeros doctorandos. Paralelamente a la vida en el kibutz, avanzó en su carrera en el mundo académico. Durante un tiempo, trabajó como profesor universitario y secretario del kibutz al mismo tiempo.
Su carrera académica incluyó una serie de puestos distinguidos: director del Instituto de Historia y Filosofía de la Ciencia y las Ideas, editor en jefe de la prestigiosa revista Science in Context de la Universidad de Cambridge, director de la Facultad de Historia de la Universidad de Tel Aviv y decano de la Facultad de Humanidades. Fue profesor invitado en el Instituto Max Planck de Berlín, el MIT, y la ETH de Zúrich. "Descubrí que prefiero mirar la ciencia, particularmente las matemáticas, desde una perspectiva histórica; identificar procesos históricos en el desarrollo del conocimiento científico, en lugar de crear nuevas matemáticas. Esta fue mi tendencia desde la infancia. A veces le preguntaba a los maestros en la escuela: '¿Cómo llegaron los científicos a esto?' Honestamente, no siempre sabían la respuesta.
"Hoy tengo las herramientas para comprender la importancia de los procesos históricos de cambio y creación de conocimiento. Cuando se establecieron las primeras universidades, alrededor del siglo XII, el nuevo tipo de institución permitió un cambio fundamental en el desarrollo del conocimiento. No fue porque la gente se volvió más inteligente, sino que la universidad y su organización facilitaron un progreso real que no era posible con anterioridad. Hoy estamos una vez más en un período de cambios de gran alcance, especialmente desde que el desarrollo de Internet ha cambiado drásticamente la esencia de la colaboración científica. A consecuencia, la ciencia misma ha crecido de manera sin precedentes. Anteriormente, la difusión de nuevas ideas y la creación de colaboraciones de larga data implicaban dificultades que han desaparecido desde mediados de la década de 1990. La difusión del conocimiento se ha vuelto mucho más rápida, al igual que la construcción de ideas colaborativas. Es demasiado pronto para decir cuál será el impacto de la IA, pero no hay duda de que cambiará profundamente el mundo de la ciencia. Este año se han concedido dos premios Nobel, en física y en química, a personas que se ocupan de la inteligencia artificial, porque está claro que los avances en este campo están redefiniendo las reglas del juego.
"Surgen ahora muchas cuestiones éticas relacionadas con el control del conocimiento científico y de cómo se definen las agendas de investigación. Pero no se puede ignorar el progreso tecnológico; hay que aprender a utilizarlo adecuadamente. He experimentado bastantes ejemplos de esto en mi vida. Cuando el uso del correo electrónico se volvió común, tuve colegas aquí en Israel que declararon que nunca enviarían un mensaje por correo electrónico porque eso "es demasiado impersonal". Bueno, en retrospectiva no culparía a nadie ni se lo recordaría a la gente por lo que dijeron en aquel entonces, pero lo encontraba divertido, y aún más divertido es pensar ahora en ese tipo de actitud. Este enfoque también se aplica a la aplicación de tecnologías más simples a la investigación, ya sea escribir notas o buscar documentos en archivos digitales, lo cual se hace mejor con la ayuda de herramientas digitales. Y de la misma manera se aplica a invenciones que implican cambios mucho más profundos, como la IA.
"En cualquier caso, es demasiado pronto para decir cuáles serán los cambios o qué deparará el futuro. Está absolutamente claro que la IA no es sólo otra herramienta innovadora como un procesador de textos o incluso Internet en su conjunto. Hay personas a quienes les gusta predecir el futuro, pero como historiador, yo me siento cómodo mirando el pasado y siendo cuidadoso al imaginar el futuro. En cualquier caso, los directores de universidades y los líderes del mundo académico deben enfrentar estas preguntas y entender cómo abordarlas, para prevenir problemas y, por otro lado, dedicar mucha reflexión a cuestiones relacionadas con el aprovechamiento de estas nuevas tecnologías para satisfacer nuestras necesidades y ayudar al continuo desarrollo de la ciencia y la investigación académica".
Sin colaboración académica no hay fondos para investigar
Cuando estaba a punto de concluir su posición como decano en la Universidad de Tel Aviv, Corry ya estaba planeando jubilarse y hacer realidad muchos sueños. Dos factores inesperados, uno más amplio y otro personal, le hicieron cambiar rumbo. "Durante 2023, la sociedad israelí entró en una grave crisis. Todos nosotros, independientemente de en qué lado del mapa político estuviéramos, nos preguntamos qué debíamos hacer en vista de lo que estaba sucediendo en el país. Podría haberme convertido en emérito y tal vez volverme activo en algún tipo de actividad política o civil, pero en ese momento surgió la oportunidad de aceptar el cargo de Rector de la Universidad Abierta." Anteriormente había colaborado esporádicamente con la Universidad Abierta: fue el primer lugar donde enseñó hebreo a principios de los años 1980, y más tarde también desarrolló un curso para la OUI. "Ahora estaba claro para mí que si asumía el cargo, esto me daría la posibilidad de marcar una diferencia real para la sociedad israelí en un momento tan difícil. Decidí hacerlo. No podía imaginar que los verdaderos desafíos para nuestra sociedad todavía estaban por delante."
La guerra trajo consigo una ola de actividades antiisraelíes y, en ocasiones, de antisemitismo abierto en las universidades del extranjero. Corry admite que siente su impacto. "Muchas instituciones académicas y personas de todo el mundo se negaron a colaborar con nosotros incluso antes de la guerra, pero ahora la situación ha empeorado. Hace ya veinte años, en campos como la antropología o los estudios de Oriente Medio, nuestros colegas presentaban trabajos o solicitaban fondos de investigación y eran ignorados sistemáticamente. Ahora vemos cómo académicos e investigadores de todo el globo, que solían tener conexiones con Israel, también han limitado o hasta abandonado el contacto. Hoy en día es difícil encontrar asociados de investigación, y sin un socio en el exterior y es casi imposible presentar solicitudes de financiación internacional; es muy difícil realizar investigaciones de gran envergadura y además no hay invitaciones a presentar trabajos en conferencias. Esto perjudica gravemente a los jóvenes investigadores, que tendrán dificultades para desarrollar sus carreras.
"Además del aspecto académico, comenzaron protestas en campus extranjeros contra profesores invitados y estudiantes israelíes y judíos. Nos enfrentamos a una situación geopolítica profundamente desafiante y las cosas no están cambiando para mejor. Las organizaciones internacionales y el dinero de Qatar también están involucrados en esto. Necesitamos ser conscientes de que tanto en Estados Unidos como en Europa se están produciendo cambios sociales intergeneracionales muy profundos en relación con el nivel de apoyo a Israel, incluso dentro de las comunidades judías".
Aquí en Israel han habido declaraciones de profesores universitarios que algunos en la opinión pública han calificado como "expresiones de sentimientos antiisraelíes". Corry rechaza estas acusaciones, y explica que los miembros de la comunidad académica tienen por naturaleza una actitud crítica, y han expresado claramente desacuerdos fundamentales con las políticas del actual gobierno o de gobiernos anteriores. Eso es totalmente legítimo en una democracia, en su opinión, y por lo tanto es absurdo reprochar esas opiniones como "antiislaelíes". Por encima de todo Corry es totalmente adverso a las propuestas de ley que pretenden exigir que las universidades sancionen y suspendan a profesores por haberse expresado de una manera u otra. "En Israel todavía existe la libertad de expresión y en todo caso la academia debe estar libre de política. Por eso actuamos bajo el control del Consejo de Educación Superior, cuyo papel es crear un amortiguador entre nosotros y el nivel político", afirma. "Esta separación es muy significativa. Por ejemplo, el gobierno aprueba un presupuesto y la comisión presupuestaria lo distribuye según su punto de vista profesional. También hay consideraciones políticas, pero al menos los políticos no tienen influencia en las decisiones académicas. Las nuevas propuestas de ley implican intentos de romper este amortiguador e intervenir políticamente en lo que sucede dentro del mundo académico.
"Graves daños a los investigadores israelíes". Una manifestación contra Israel en la Universidad de Columbia.
"Además, Israel tiene una ley contra la incitación y el apoyo al terror, que puede ser aplicada por las autoridades en los casos relevantes, si es que los hay. ¿Cómo puedo yo saber, siendo presidente de una universidad, qué debería considerarse incitación desde el punto de vista legal? Para eso existen los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Un presidente de universidad no es un agente de la ley, más allá de los reglamentos disicplinarios académicos. La legislación propuesta tiene como objetivo señalar a las universidades como enemigas y traidoras. Esto es inaceptable y no tiene nada que ver con la realidad de la academia israelí. Después de la masacre del 7 de octubre, hubo dos incidentes de declaraciones de profesores universitarios que muchos consideraron inapropiadas. La mayoría de los profesores universitarios se opusieron firmemente a ellas, pero sólo un tribunal puede determinar si se consideraron incitación y, de hecho, ninguno de los profesores fue acusado. El hecho de que dos profesores dijeran cosas que a algunas personas les desagradaron profundamente no significa que los académicos sean enemigos del pueblo".
Una tarjeta de crédito y pulso en las venas
La Universidad Abierta celebra este año su quincuagésimo aniversario. Desde su creación, se ha guiado por dos principios, dice el profesor Corry: el primero es la accesibilidad y la aceptación abierta de los estudios, y el segundo es mantener los más altos estándares académicos. "Somos una de las nueve universidades de investigación de Israel", afirma orgulloso. "Nuestras carreras están reconocidas por todas las demás instituciones, pero no tenemos criterios de admisión: basta con presentar el carné de identidad, una tarjeta de crédito y el pulso. Somos flexibles a la hora de diseñar un programa de estudios. Cada estudiante avanza a su propio ritmo, pero cuando se trata de cumplir los requisitos de las carreras, somos muy estrictos y totalmente inflexibles".
"Nuestro rol social es hacer que la educación superior sea accesible para todos los sectores de la sociedad israelí".
Para Corry es importante aclarar que la base de la actividad académica de la Universidad Abierta no son los “estudios online” sino el “aprendizaje independiente, a distancia”, indicando que se trata de dos cosas muy diferentes. “Es cierto que también nos basamos en métodos en línea, pero la idea es construir, para cada curso, un ecosistema completo que incluye un libro de texto cuidadosamente elaborado por un equipo dedicado, y un sitio web sofisticado en el que se proporciona todo el material y se realiza la interacción con el coordinador del curso. Esto nos permite llegar a todo tipo de poblaciones que pueden estudiar independientemente en base al material que preparamos: estudiantes destacados de secundaria, unidades de élite del ejército, áreas periféricas, judíos ultraortodoxos, árabes, estudiantes convencionales... todos.
“Tenemos casi 4.000 estudiantes ultraortodoxos, que es más que todas las demás universidades juntas. Hemos aprendido a trabajar con esta población porque ofrecemos un marco que se adapta a su forma de vida y asus aspiraciones, y por eso somos la mejor solución que puede ofrecer el país a los estudiantes ultraortodoxos que buscan integrarse a la educación superior. También trabajamos cada vez más intensivamente dentor la sociedad árabe-israelí, pero todavía tenemos mucho trabajo por hacer en ese frente. La expansión de la educación superior en estas dos poblaciones es un objetivo estratégico, y es parte de una misión nacional. Al mismo tiempo, el 35% de nuestro cuerpo estudiantil está en informática, y el 40% en STEM. Es importante señalar que, al intentar llegar a poblaciones amplias, no comprometemos de ninguna manera nuestros estándares académicos. Podríamos facilmente atenuar los requisitos para atraer hordas de estudiantes, pero no es esa la misión que nos proponemos. Sin insistir en la excelencia académica y los altos estándares, no cumplimos con nuestros objetivos declarados".
Hoy en día, cuando otras instituciones también han estado haciendo la transición a estudios híbridos, ¿amenaza eso su singularidad y atractivo?
"Muchas instituciones educativas utilizan el aprendizaje a distancia, pero nostoros somos los únicos que lo hacemos de manera realmente profesional, porque esa es nuestra esencia. Aparte del estudio independiente, ofecemos a los estudiantes encuentros semnales con sitructores en grupos de 20-30. El 80% de estos encuentros se realizan hoy en d+ia a través de Zoom. La OUI ha estado usando Zoom desde 2014, y cuando comenzó la pandemia de COVID 19, todas las universidades en Israel vinieron a aprender de nostros cómo hacerlo. Pero no se trata solo de Zoom: también tenemos un sistema que rastrea el progreso de cada estudiante en cada curso, de modo que sabemos en qué áreas podemos ayudarlos, y nos dice si hay partes especialmente problemáticas en cada uno el cursos. "Estamos experimentando hpy con las tecnologías educativas del futuro, como la IA o la realidad virtual, para que cuando ellas puedan ofrecerse en el futuro a nivel de cada estudiante, ya estemos allí y sepamos cómo utilizarlas de forma inteligente".
¿Le preocupa que la inteligencia artificial haga que el mundo académico sea redundante? Después de todo, puede brindarle el conocimiento que desee y también mantener conversaciones con usted.
"Es posible que la IA haga que algunas partes del mundo académico sean redundantes en su forma actual, pero inherentemente la OUI no trabaja de una forma académica tradicional. En realidad, creo que en un futuro no muy lejano todas las universidades seguirán modelos que serán similares a lo que nosotros hacemos hoy. Es decir, si desea enseñar a 5.000 estudiantes un curso sobre el lenguaje de programación Java, debe hacerse como lo hacemos nosotros: un profesor que lidera el equipo del curso y establece los estándares junto con un equipo que lo ayuda en la preparación, un coordinador docente que es responsable del funcionamiento del curso, e instructores a quienes se les asigna pequeños grupos dirigidos de estudiantes que reciben atención personal y apoyo según la necesidad. Este es un modelo completamente escalable y sostenible".
Pero ¿por qué los estudiantes deben Java? La IA va a hacer todo el trabajo de programación en el futuro.
"Pensar así es un grave error. Puede que no necesiten este lenguaje de programación en particular, Java, pero tendrán que conocer los lenguajes de programación de inteligencia artificial y aprender la profesión misma de trabajar con computadoras. El mundo de la programación cambiará, pero no desaparecerá. Solo se volverá más central para todo lo que hacemos. Yo aprendí programación en los años 70 usando tarjetas perforadas; a veces se me caían y tenía que arreglar todo desde el principio. Relamente me disgutaba eso, y probablemente esa fue una razón de peso por la que no seguí la carrera de informática, que era bastante novedosa en ese momento, y me decanté en cambio por las matemáticas puras, que era lo que realmente amaba. Pero desde entonces, todo ha cambiado mil veces y estudiar informática y programación es hoy algo muy diferente de lo que era entonces. La gente programaba en el pasado en lenguaje de máquina, assembler, luego vinieron los lenguajes de programación de alto nivel, los lenguajes orientados a objetos y luego otros más avanzados. La programación en entornos de IA implicará algunos enfoques nuevos que la gente tendrá que aprender a consecuencia, y más bien se requerirá muchísmo más estudio y mejor comprensión de lo sistemas.
"Pero, además de todo esto, lo más importante, en mi opinión, es que los estudios no deben verse sólo desde el punto de vista instrumental. Los estudios son un medio para enriquecer el alma, y ésta es la principal justificación para seguir desarrollando el mundo académico. Se puede seguir un enfoque instrumental en lo que se estudia, y eso es muy bueno de por sí. Pero si esto es lo único que se obtiene de los estudios, una herrmaienta para trabajar y ganarse la vida, lo siento por quien lo haga así. Tu mundo es más rico y más lleno de valor cuanto más aprendes sobre literatura, biología, historia, química, pensamiento judío ... o cualquier otro campo de conocimiento, sin preguntarte demaisado para qué te va servir de manera instrumental. El papel principal de las universidades es ayudar a formar mejores ciudadanos y personas con una vida interior más rica. Necesitamos abogados y programadores, por supuesto, pero, ante todo, necesitamos buenos ciudadanos que sepan leer un periódico de forma crítica, independientemente de cual sea su orientación política. Necesitamos personas que no vivan de tuits o talkbacks, sino personas que sepan leer y escribir correctamente, y puedan formular un argumento coherente. Esto es mucho más necesario ahora que en el pasado, porque estamos inundados de información poco fiable. Cuanto más rica sea la mente y el espíritu de una persona, mejor será para ella y para la sociedad. "Así ha sido siempre y así debe seguir siendo, con o sin IA".
Sin embargo, Corry admite que la nueva realidad plantea muchos retos. Los examinadores de la Universidad Abierta, por ejemplo, utilizan herramientas computarizadas que detectan si las respuestas de los exámenes o trabajos han sido copiadas de Internet. Los estudiantes, por otro lado, son muy ingeniosos para encontrar formas de evitar ser detectado si han hecho algo así. "Es una especie de juego estúpido del gato y el ratón. Tendremos que encontrar soluciones más radicales que ofrezcan una perspectiva diferente de cómo se realizan los exámenes. Hay habilidades básicas de las que no podemos prescindir, como la lectura y la escritura. La gente no sabe escribir, y tenemos que centrarnos en eso, aunque utilicemos herramientas inteligentes para facilitar el proceso.
"De niño, sabía hacer cálculos complicados en mi cabeza en cuestión de segundos y recordaba los números de teléfono de todos los niños de mi clase; hoy apenas recuerdo el número de teléfono de mi mujer (bueno ... de hecho, ese sí lo recuerdo). Pero hay aquí un tradeoff básico: la tecnología nos permite hacer las cosas mucho mejor y mucho más rápido, pero estamos perdiendo otras capacidades que antes eran básicas y sobreentendidas. El desafío de la IA es especialmente grande, porque toca lo que pensábamos que era la ventaja específica de los humanos sobre las máquinas, y de repente resulta que puede que no sea así, y tal vez tengamos que redefinir estos límites".
Estas son preguntas para las humanidades, una rama que ya está perdiendo terreno y el número de estudiantes que optan por dedicarse a ella está disminuyendo. Como ex-decano de Humanidades de la Universidad de Tel Aviv, ¿ve un futuro para este campo académico?
"Cuando asumí ese cargo en 2015, lo primeroa que hice fue declarar explícitamente que no existe tal cosa como una crisis en las humanidades. A nadie le gusta pertencer a un equipo de perdedores que se la pasan quejándose y lloriqueando porque nos los aprecian suficientemente. Puede que haya una crisis en la matrícula de las carreras de grado en humanidades, y que muchos menos estudiantes se interesen en esas carreras en comparación con 30 años atrás. Pero las disciplinas intelectuales de las humanidades en sí están prosperando como nunca antes. Hay muchos investigadores excelentes en los niveles superiores y, de hecho, muchos más que el número de puestos académicos disponibles. Hay preguntas administrativas sobre cómo mantener un departamento en una universidad cuando hay tan pocos estudiantes de grado. Mi respuesta es que debemos dedicarnos menos a contar menos el número de inscritos en los títulos de undergraduate en las carreras que se ofrecen en las humanidades, y enfocarnos en la inivestigación académica de calidad. Seleccionar a los investigadores con cuidado e invertir en ellos para que estén en la cima de la investigación académica a nivel munedial. Para eso están las universidades. También en los departamentos de matemáticas puras de todo el mundo las matriculaciones son bajas. ¿Alguien pensaría en cerrar esos departamentos? Realmente espero que no, porque tienen un profundo valor académico. Lo mismo debería aplicarse a las humanidades".
En la Universidad de Tel Aviv teníamos un problema grave con los estudios judíos, por citar un caso interesante. Algunas autoridades opinaban que la escuela de estudios judíos debía cerrarse porque había pocos estudiantes. Yo no provengo de un entorno religioso ni nada que se le acerque a eso, pero soy sionista y judío, y mi argumento era que sería impensable que la Universidad de Tel Aviv no tuviera un departamento que enseñara estudios bíblicos, pensamiento judío o lingüística semítica, y que no hubiera investigadores de primer nivel en esos campos. De lo contrario, ¿qué justificación tendría una universidad en Tel Aviv? Sin tales departamentos, sería mejor cerrar el negocio. La gente puede estudiar química o ingeniería en el extranjero. También en la Universidad Abierta nos dedicamos a fortalecer la cultura judía en hebreo mediante la publicación, por ejemplo, de una notable serie de libros sobre literatura hebrea y pensamiento judío. Es algo exclusivo de la OUI, de la cual estamos muy orgullosos. Sin esto no tenemos justificación para nuestra existencia como universidad en Israel. Por supuesto que surgen preguntas concretas sobre el número exacto de investigadores o becas que deberíamos dedicar en los campos de las humanidades, pero ante todo, debemos tener claro que estamos aquí coomo universidad para reforzar también esos campos y especialmente para los relacionados con la cultura hebrea y la cultura judía. Una universidad sin humanidades no es una universidad".
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