Esta vez escribo no para compartir con ustedes un comentario político sobre la situación en Israel, aunque no faltan razones para hacerlo, sino para notificar sobre mi reciente nombramiento como presidente de la Universidad Abierta de Israel. El nombramiento tendrá efecto a partir de octubre de 2023, y cubre el período de los próximos cinco años.
Se trata un giro brusco en la trama de esta etapa de mi carrera, ya que esta semana estaré enseñando mi última clase en la Universidad de Tel Aviv, y tenía planes muy concretos y muy interesantes para mí en lo que sería mi nuevo estatus de “profesor emérito”. Con TAU he estado conectado ya durante más de 40 años, pero clases frontales frente a estudiantes universitarios las di por primera vez como preparador en la USB en 1973 (!!). Una guará …
A la OU local la conozco también desde hace muchos años ya, y he colaborado con ellos de varias maneras, aunque siempre dentro de una escala limitada. Siempre los he considerado como una de las instituciones de educación superior más importantes de Israel, por su capacidad para llegar a una gama muy amplia de ciudadanos en todo el país, de hacerlo con una infraestructura logística super eficiente y de mantener, a la vez, los más altos estándares académicos de enseñanza e investigación. Tiene la población estudiantil más grande del país, 52K estudiantes registrados (típicamente dos o tres cursos a la vez, pero a menudo estudiando un programa completo) y alrededor de 4.5 K graduados cada año (BA y MA). Y ni hablar que se trata del alumnado más heterogéneo que pueda concebirse, al lado del típico estudiante israelí: alumnos de bachillerato y de tercera edad, población árabe y judíos ortodoxos, presidiarios (tanto por cargos criminales como de seguridad) y soldados en servicio activo, habitantes de la periferia geográfica y de la periferia social, y todo lo que uno pueda imaginarse. Es una institución que tiene un impacto único en todos los ámbitos de la sociedad, y es por eso por lo que siempre me alegró colaborar con ellos, cada vez que me invitaban a hacerlo. Ahora estamos hablando de algo completamente diferente y a mucho mayor escala, por supuesto, pero aun así el fundamento de mi decisión es similar en este caso.
A la hora de asumir el cargo, también he tenido en cuenta la situación política actual del país, pensando en la posibilidad de participar de manera significativa en la batalla para mantener la autonomía y la calidad de las universidades en Israel, frente de la embestida contra la democracia y la vida intelectual que estamos viviendo. No será una tarea fácil.
Supongo que en este nuevo cargo se verá reducida considerablemente mi capacidad de mantener publicaciones en mi blog al ritmo que llevaba, un promedio de una entrega por mes. Sin embargo, trataré de seguir haciéndolo de vez en cuando.
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